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lunes, 24 de diciembre de 2007

Lagrimas De Papel

"...llegó la muerte un día y arrasó con todo
todo, todo un vendaval
y fue un fuerte vendabal..."
Fito Paez.
06-12-2007/07-12-2007
Tarde soleada, en el bondi que me lleva a mi rutina diaria me suena el celular, miro la pantalla multicolor, es mi hermana. Murio el nono, me dice. ¿Qué? ¿cómo?. No se boludo, me dijo mamá. Bueno yo voy al negocio ¿estas en casa?. Sí me quedo con las nenas, mamá y papá van para allá. Te llamo desde el negocio.
Cuatro y cuarto de la tarde, mi mente hace una larga pausa, como luego de fumar un porro, las palabras no salen y todo me parece tan onírico; como si otro estuviese entrando al local de los Incas y Andonaegui. Hay poco trabajo, pero el que hay sirve para volver a la tierra, cada tanto vuelvo a flotar en la nada absoluta.
Terminada la jornada laboral vuelvo a Caseros, junto a mi hermana dejamos a las más chicas en lo de una prima y emprendemos el viaje al lugar donde se marca el límite entre la vida que fue y la muerte que llegó. En el viaje pregunto ¿cómo murió?. ¿La verdad? no sé muy bien.
Llegamos al lugar y como un chiste de mal gusto la calle se llama "Ventura Alegre". Es una esquina no muy grande, sobre la ochaba están mi primo con la novia y mi tío, saludamos como cotidianamente, nunca supe que decir en estas situaciones y nunca sabré. El cielo ocultó sus estrellas y se cubrió de nubes oscuras y densas; ingresamos por un pasillo angosto cubierto de marmol (tal vez el marmol sólo estaba en la fachada de la calle) a unos cinco o seis metros el camino se ensancha, se ven sillas en ambos lado por la izquierda hay más cantidad que por la otra mano, cada tanto un cenicero las separa, en el techo un gran tragaluz de policarbonato deja escuchar alguna que otra gota que pega en él, en el silencio tan vacio pareciera que pegan al lado mio, leo los carteles junto a la puertas corredizas, solo una tiene nombre, es la unica puerta abierta, es la última. Mi hermana y mi cuñado se adelantan y entran primero, sé muy bien que cruzando el umbral está el dolor acumulado y esperando.
Al entrar veo que no somos muchos (habrá lugar para quince personas), lo primero que captan mi mirada es a mi vieja sentada en un sillon con los ojos rojos y vidriosos, mi viejo está haciendo mate, en esos mates plasticos descartables (como todo en este mundo), hay dos tías, en realidad tías abuelas mias, hermanas de mi abuelo, las saludo con un beso, saludo mi mamá con un beso y una frotada de espaldas, giro y veo a mi tía que está abrazada a mi hermana, mientras sigue ahí saludo a una amiga vecina de la familia, ahora es mi turno de abrazar a mi tía, quien larga un llanto mudo sobre mi hombro, el primer golpe, mi cabeza saca el punto neutro y trae recuerdos de el velorio de mi abuela, con mi vieja y la hermana llorando desconsoladamente, todo pasa de pronto, chupo un mate y salgo a través del silencio del pasillo a la calle.
Afuera refrescó, las charlas se vuelven más comunes, juegos de computadoras, vacaciones, nos vamos con mi hermana a la estación de servicios a comprar cigarrillos y pastillas, tras las rejas de una casa hay ovejas, pienso que esta bueno tener ovejas porque te comen el pasto y ellas se alimentan, todo cierra.
Llegan más personas, algunas caras conocidas de desconocidos, que por circunstancias de la vida solo vemos en velorios, otros que solo llaman y algunos que ni una cosa ni la otra.
En la charla callejera sale un tema interesante, mi abuelo paterno (del que no tengo recuerdos) era colectivero y falleció el día que se le vencía el registro y mi abuelo (al que estan despidiendo) fallece un día antes del cumpleaños de mi abuela (su mujer), y me surge una duda contradictoria para mí que soy esceptico y agnostico, ¿habrá algo en otro lugar y se tardará un día en llegar?.
Volvemos a casa, mis viejos se quedaron allá, mañana es la cremación, me duermo recien a las cinco de la madrugada, al día siguiente voy a trabajar como cada día, me entero luego que mi vieja y mi tía se desmayaron en el cementerio, y yo no estuve ahi, pero no tengo valor para soportar a la muerte tan cerca, y lo extraño de todo esto es que no hay lagrimas, será que ya gaste todas en esta vida, será que mis lagrimas hoy se hicieron papel y tinta, ya van quince días y supongo que llegan estas fechas donde se empiezan a sentir las ausencias, pero bueno hay quienes dicen que es la vida así, que nos va preparando para nuestra muerte, primero mueren nuestros abuelos, luego cuando ya estamos mas duro mueren nuestros padres y por ultimo morimos nostros. Pero no todos somos iguales y a mi la muerte me tiene podrido, y realmente me parece tan horrenda, la acepto porque no me queda otra.



domingo, 23 de diciembre de 2007

Ideas Sueltas Actualizadas

No intentes correr, eres paralítico.

No intentes mirar, eres ciego.

No intentes amar, eres milico.

El celular para el hombre es como la cadena para el perro.

Si hay inteligencia militar, ¿hay ateos eclesiásticos?

Lamento herir sus sentimientos, pero, Papa Noel, Los Reyes Magos y el humanismo son simples inventos.

Soy creyente por sociabilidad y ateo por convicción.

Saber más, es conocer menos.

Si el buen tiempo nos acompaña, nunca envejeceremos

Sabemos del bien pero aprendemos del mal

Las revoluciones no se hacen con textos y palabras, lamentablemente las balas siempre son mas fuertes que la pluma.

Siempre es bueno caerse al menos una vez en la vida.

El Amor es el verdadero opio de los pueblos.

Las musas inspiradoras son tan putas, que a la primera de cambio se van con cualquiera.

Sombrío pasaje hacia otra vida, sin recuerdos, sin memoria.

Toda Verdad Oculta Una Mentira.

Vivir hace que morir valga la pena.

La Muerte Es Lo Único Realmente Socialista


Gaston Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservados. ®


martes, 20 de noviembre de 2007

Ay De Mi

Pobre del que no habla,
por temor a la hoguera.
Pobre del que no ama,
por temor a la primavera.

Ay pobre de mi,
que voy de acá para allá,
anclando sueños en la oscuridad
por temor a la tempestad.

Pobre del que pide y no dá,
por temor a la igualdad.
Pobre del que no acompaña,
por temor a la soledad.

Ay pobre de mi,
entre fantasia y realidad,
esperando una señal.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Una Mañana

SUENA LA RADIO

Y NO LA ESCUCHAMOS

NO VEMOS EL PASADO

PARA NO SUFRIR.

Y AHORA ESTAMOS SOLOS

VIENDO POR LA VENTANA

MIRANDO LA GENTE QUE PASA,

APURADA, PERDIERON EL ALMA

SE ESCAPA EL TIEMPO

POR NUESTRAS MANOS

Y NOS DAMOS CUENTA TARDE

DE LO QUE AMAMOS

ME ESTOY HARTANDO

DE ESCRIBIR LO QUE SIENTO

BUSCO LA FORMA DE

LIBRARME DE TODO ESTO.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Sobre Mi

Un músico adicto al dolor

crucificado en su atril.

Un escritor leyendo a Marx

en un mundo que no creo real.

Un paranoico, temiendo de si

sabiendo que el destino es el fin.

Soy yo escribiendo sobre mi

Sobre mi propio temor

Una sirena en la noche

Una alerta inminente

Un vaso que desborda

Con la ultima gota

Un frió en mi alma

Y yo solo en esta mañana.

FINAL

Música para sentir,
todo lo que no viví.
Sueño en soledad,
lo que falta por andar.

La brisa del fin,
ya roza con mi nariz.
Embarrada la espera,
ya no hay en que pensar.

Música para violín,
el amor descansa en mí.
Cuando se vaya el alma,
Solo un cuerpo quedara.

Escribo frente al mar,
sobre la tierra pa´ no llorar.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

GRACIAS

En mis noches largas y sin tiempo,
te escondias en mis sueños.
Y gracias a tu cariño,
pudiste levantar a este muerto,
que casi ya sin aliento,
sentía que el mundo era desperfecto.
Doy gracias quien sabe a que,
por haberte descubierto.


Gaston Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservados. ®

sábado, 3 de noviembre de 2007

Me Estoy Volviendo Viejo

Paturuzito se fue para hollywood.

Manuelita usa el botox de Dios.

Caperucita al lobo engaño,

con encaje en su ropa interior.

Blancanieves con los enanos se encamo,

Cenicienta un laverap inauguro.

Pobre de Pinocho que se hizo,

tan real como vos y yo.

Cuanto nos mintieron para hacernos crecer,

ojala la inocencia fuera la misma de ayer,

En los niños ya no existe el ¿porqué?,

todo se sabe por culpa de internet.

Ya no hay curiosidad

Todo se torno material,

Que el celular, que la ropa de quien o cual.

No mas patios de la infancia,

Solo pantallas y cibercafes.

jueves, 1 de noviembre de 2007

DE MI PARA VOS

De mi para vos,

Del querer al amar,

Del creer al saber,

Del estar al volver,

De la duda al acierto,

Del misterio a los sueños,

Del pasado al presente,

Del abrazo al beso,

De las miradas al sexo,

De la mente al alma,

De lo abstracto a lo concreto,

De la soledad a tus brazos,

De mi para vos, todo mi amor.

miércoles, 31 de octubre de 2007

TARTARO

"Dedicado a la misma persona que el anterior"


En la puerta del tártaro,

nos encontramos por casualidad.

Ambos cargábamos,

una mochila de dolor, el olvido de un amor.

Las puertas del infierno,

se abrieron, supimos alejarnos con facilidad.

Entre amargos, compartimos

charlas de arte, cultura y ansiedad.

De pronto me di cuenta,

que te extrañaba y me extrañabas.

Así crecía esta amistad,

y pregunto si se puede querer más.

Y paso del querer al amar,

ese amar que nosotros hablamos por demás.

Y disfruto cada segundo

de tu compañía eliminando la soledad.

miércoles, 24 de octubre de 2007

Ahora Que Te encontre

Ahora empiezo con los que yo dedique alguna vez, este tiene un tiempo.


"Ahora, que tengo un alma que no tenia..." Joaquin Sabina

Te encontré, sin buscarte, y simplemente me enamore, sin más remedio,
tanto tiempo negándome a este sentimiento que es el amor. Salí, te vi y eras a quien esperaba, no había mentiras ni tontos disfraces, eras vos y era yo. Charlamos, tomamos mate y te enamoraste, sin decirlo, yo ya lo sabía. Y buscaste respuesta a tu continua pregunta (Que pensas?) y yo divagaba en tus labios, en tu risa y en hormiguitas, para no responderte lo que sabía que querías oír y yo quería decir. Y el alma se marchita si uno no saca esa espina, que dolió una vez pero ya no, ahora es distinto, es el momento de decirlo, y lo dije oculto tras un teclado, la timidez es mi peor pecado. Y ahora este alma que volvió al cuerpo sin heridas del pasado esta sostenida por tu amor y abrigada por tus besos, y te digo nuevamente, sin mas remedio, que te amo y que todo el día en vos pienso, gracias nuevamente por dejarme ser parte de tu vida y que seas parte de la mía, el tiempo es veloz es cierto y las cosas pasan rápidamente, pero no me importa para mi el mundo se detuvo en aquel museo y todo gira entorno a nuestros tiempos.
Nada mas que decir o mucho mas, no lo se, tampoco se si tiene sentido alguno lo que escribí.

AYER HOY MAÑANA

En esa esquina, retrato del pasado

Me llegaron recuerdos cromáticos y vencidos.

Mentiras que inventamos, vidas que no pasaron.

Aromas fugaces, besos fatales.



Gaston Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservados. ®

viernes, 19 de octubre de 2007

CEMENTERIOS

Laberinto de silencio y dolor ajeno

Callejuelas malancolicamente angostas

Donde el sol calienta pastos y cemento

Aquí todos somos iguales llegada la hora

Morada de carnes que seran polvo

Fin de un camino con entrada sin salida

Mezcla de olor a vida y a muerte

La verdad y la mentira bajo el mismo suelo

Aquí señores, ya no hay miedos

Alquileres costosos y eternos

Para no sentir a los nuestros tan lejos

A menudo el olvido ronda este cielo

Se pierden los nombres detrás del tiempo.

¿Cuál es el cementerio?

El de los muertos sin cuerpo,

O el de los cuerpos muertos.

jueves, 18 de octubre de 2007

Sigo Con Textos Ajenos

Un poco de egocentrismo no viene mal de vez en cuando y en estos momentos me hace bien ver textos que en algun momento escribieron para mi. Sepan disculpar amigos lectores, los nuevos, los fieles que siempre estan y los que vendran, pero a veces uno necesita de estas cosas.

Vos

Y apareciste y me deslumbraste
Y tu compañía me salvo
Me rescato,
y te quiero y te amo
Pero con amor verdadero
No con “te amos “ convencionales
Estos son especiales
Pero “Te Amos” al fin
Pero con “te amos” de “te necesito”
con te amos de “me gustas”
con “te amos” de “te quiero”
con “te amos” de “te extraño”
de te quiero libre
de te quiero tal cual sos,
sin cambiar nada
pero el te quiero me suena egoísta
porque parece que te quisiera solo para mi
el te amo es mas oportuno
porque te deja libre,
y asi es como te amo.

Gracias Sil

martes, 16 de octubre de 2007

No sabia que escribir.

27-09-2007

Muevo un pie y luego el otro, avanzo o retrocedo, no lo sé, tal vez ir o volver sea lo mismo, escribo palabras que sueltas nunca tienen un sentido, o será que el sentido no es lo importante, el temor a la muerte y al paso del tiempo es lo que nos lleva a buscar razones a las cosas y a los sucesos.

Todo me resulta tan patéticamente correcto y erróneo a la vez, un universo tan grande para seres tan pequeños; vos sabes que en general escribo cuentos o reflexiones, pero hoy es distinto, hoy le doy rienda suelta a esta verborragia, sin pensar en lo que quiero decir o transmitir. Hay olor a mierda en esta ciudad, desearía perder el olfato, pero el deseo como el destino juega tan solo que ninguno acepta opiniones.

Ví un diente de león, digo la planta no una pieza dental del felino, su amarillo tan intenso tan amarillo, que distracción me provocan las pequeñas cosas. Nunca pude escribir textos pequeños, no tengo (probablemente) poder de síntesis, si empiezo con algo seguramente serán mas de cinco líneas, vos me entendés, hay tanto para decir, que a veces no me alcanzan las palabras que conozco, puede ser que no conozca muchas y de ahí que indefectiblemente las repita una y otra vez, ahora bien, los pequeños manejan pocos sustantivos y verbos, a su modo dicen mucho mas que nosotros, que lindo mundo el de ellos, en su lengua no hay dardos lingüísticos no hay necesidad de pensar tanto en lo que se puede o no pronunciar y en caso de no conocer el nombre de algo lo inventan, pienso que a ese mundo hemos pertenecido y hoy estamos en esta prision de palabras, de recuerdos y sueños. Mi sueño recurrente es en el que me arranco los dientes, coloco la mandibula superior por detrás de la inferior y hago presion hacia delante y de esta forma me rompo los dientes desde su raiz y lo saco con los dedos, un hilo de sangre y baba cuelga de ellos y me despierto con un fuerte dolor en la boca, tan real tan palpable que inmediatamente compruebo que el marfil se encuentre en su lugar. Nunca estamos en el lugar correcto, y si estamos no es en el tiempo indicado o pensándolo mas fríamente tal vez siempre es el sitio y el tiempo correcto, siempre llueve cuando debe llover, la epifanía que debemos encontrar la encontraremos en el lugar que deberá ser.

No busco decir nada, no quiero metáforas de autoayuda, simplemente esto es un texto donde se mechan palabras y se encadenan ideas, es un juego peligroso el de escribir y a su vez es algo muy interesante, me divierte la interpretación que el lector haga, es gratificante saber que nada está acotado, que cada uno pone algo de sí en esa lectura, sabés, es por eso que me gusta escribir y también me gusta leer, esa cosa de, acá quiso decir tal o cual cosa y vos leyendo el mismo párrafo le encontrás otro significado, y con esto no digo que sea un buen escritor, nada mas lejos de la realidad, sé que nunca voy a esta a la altura de los escritores que leo, soy solamente un perro que juega a correr su cola, tomalo como una terapia barata que comparto. No hay nada que me guste más en esta vida que compartir, un café o mate, un asado con vino, mi poco dinero invitándote a algún lado, mis ideas y mis ideales, mis valores, mis locuras, mis sueños y mis pesadillas, un cigarrillo sea de tabaco o de otro, un abrazo, un apretón de manos, un beso en la mejilla o en los labios de alguna dama y eso es lo que más me llena, es lo que cubre un vacío que siempre está presente y las palabras con sus laberintos y sus candados me sirven para llevar a cabo este compartir, aunque reniegue de ellas y a veces las odie, en general las amo y me hacen tanta falta, me ayudan a pasar la soledad.

Gaston Pigliapochi

jueves, 4 de octubre de 2007

NO OLVIDEMOS

TEXTO REFERIDO AL ASESINATO DE CARLOS FUENTEALBA EL PASADO 4 De ABRIL DEL 2007


9-04-2007

Me senté a escribir por la indignación que tengo, cómo es posible, me pregunto y no hallo respuesta, que se reprima al que reclama algo que le corresponde o al menos esta seguro que le corresponde, reclamar no es una ofensa, no es una agresión, pero claro, cómo vas a entender esto, si estas formado y criado para defender tu pobre naturaleza, para eso te entrenaron. De que libros aprendiste quiénes fueron tus maestros que los hacen distintos a los que les pegas o tal vez se te olvido, seguramente esta es la razón, se te olvido que el maestro está para enseñarte y seguramente te enseño de la igualdad o de los derechos, y por ahí ni se te paso por la cabeza que quizás enfrente tuyo esté una maestra que te dio todo su amor y su paciencia para educarte y vos fuiste un mal aprendido y no te quedó nada de esa paciencia, o tal vez este enseñándole a tus hijos sobre la libertad y sobre esos derechos y buenas causas y costumbres y demás ¿qué le vas a decir a tu hijo?, reprimir es el acto mas bajo del ser humano, es el acto por el cual un padre normal se siente mal por días al pegarle a su hijo que lo saco de sus casillas es, simplemente un acto de impotencia, y me pregunto también ¿cuándo tus hijos te reclaman algo? y se ponen pesados ¿los matas? O ¿tratas de hacerles entender? No hace falta golpear de forma tal de matar a alguien, deberían de estar preparados, ustedes, para tratar con grandes masas, pero evidentemente no lo están. Y también me llega una contradicción, reprimís al que pelea por lo que le corresponde, pero no reprimís al asesino, violador o al que vende drogas, claro, que tonto que soy, si parte de tus ingresos pasan por ellos.

No hay perdón alguno para lo que hiciste, ni para lo que vas a hacer, porque no vas a cambiar, no vas a entender, y mientras escribo estas líneas tengo la sensación que estoy haciéndolo para una pared que no va a escuchar ni leer esto. Y te hago una ultima pregunta, ¿qué vas a hacer cuando te toque a vos reclamar? ¿Te vas a suicidar? ¿Pensás que alguien te va a apoyar? Aprendé aunque sea que vos podes estar del otro lado de la moneda.

Sin mas palabras para escribir y sin nada mas para decirte, salvo que, ¿cómo queres que no nos causes temor y algunas nauseas al verte?.

Gaston Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservado

domingo, 30 de septiembre de 2007

Bares de Caseros 1

¿Qué pasa que el cielo cada vez es mas chico? me pregunto mientras silbo un viejo tango oxidado.
Historia simple y sencilla. Sábado por la noche, volviamos de un encuentro coral, que por cierto estuvo bueno; primero esperar un bondi que nos llevara hasta Ramos Mejia para luego, desde ahi, tomar otro hasta Caseros. Las cosas comenzaban a suceder de formas extrañas, ¿viste que eso pasa a veces?, llegamos a la parada, un 181 esperando ahi como diciendo acá estoy, mucha cola, mucha gente; iba a ir hasta la manija, pero cuando nos tocaba subir a nosotros, vemos que en la parada de al lado llega un 343 (x 289), entonces, un segundo solo un segundo de duda, ¿subimos o tomamos el otro? la resolución fue rápida tomamos el otro nos decimos, nosotros llegamos mientras que el bondi se iba sin parar, ¿que hacemos volvemos al 181 o esperamos otros 343?, volvamos al 181 dijo alguien no se bien quien, volvimos a la primer parada, un bondi que hace señas y sigue, el tiempo seguía pasando, eran las 12 menos 5 cuando cuando subimos y nos sentamos en el fondo del colectivo, ¿podriamos haber comido algo por aca? me dice, lo mismo pensaba yo, le digo. Pero el destino es asi juega con otras cartas, asi que llegamos a caseros a las 12 y 20 más o menos, ¿vamos al Bar...Infierno?, vamos.
Nos sentamos afuera porque adentro había mucho olor a frito, pasaron 5 min y nadie venía a atendernos, nos miramos los tres, como extrañados, dije ¿no sera esa la moza o dueña? señalando una mujer que estaba sentada en una mesa dentro del local, con la cabeza inclinada hacia un costado y de espaldas a nosotros, botella de cerveza sobre la mesa y un trapo amarillo (esto fue lo que me hizo suponer que era la dueña), no sé contestaron, llego Fernan Miras (en realidad alguién que se parecia al Fernan Miras), entró y se sentó, iluso (pensé yo), al rato el tipo sale y nos pregunta ¿como es esto?, la verdad ni idea hace 10 minutos que estamos acá, Fernan vuelve a entrar y grita !!!Hola, Hola!!! no hay respuesta, se acerca a la mesa de la mujer y vuelve a gritar !!!hola...hola!!!, golpea la mesa, plum plum, la mujer levanta la cabeza, lo mira y balbucea algo, y vuelve a recostarse en el aire. El tipo sale y nos dice si van a esperar que los atienda van a estar 3 horas hasta que se le pase la mamua. Vamos nos decimos. No por nada tiene ese nombre el bar, "Bar Infierno", y pienso en la mujer como un alma en pena, que no puede salir del bar y que deberá repetir esta escena cada día en la eternidad.
Salimos del bar charlando sobre la situación recien vivida, uno dice volvamos a agarremos una cerveza, la tomamos y le dejamos la plata en la mesa de ella bajo la botella, nos cagamos de risa un par de cuadras. Vamos a la pizzeria, cerrada, vamos al barcito de la calle Belgrano, cartel pegado que dice cerrado, bueno ¿que hacemos? vamos a Poi, el único lugar abierto para comer a las 12 y 40 de la noche, pensamos en pedir una milanesa con fritas, llega el mozo, ¿que se puede comer?, pizza pizza y pizza dice, la cocina esta cerrada, y bueno trae una pizza grande y una cerveza. Una pizza y una cerveza 32 pesos, loco esto es un robo la puta madre.
Conclusion, no se puede comer en Caseros despues de las 12 de la noche un sabado.

viernes, 28 de septiembre de 2007

LAS REUNIONES 1

Creo que las reuniones son lo más ancestral que conservamos, que no pudimos destruir con nuestra razón y evolución, ya no hay un fuego en el centro donde nos reunimos tribalmente a charlar o a escuchar a otro, hoy los fuegos suelen ser un aparato tecnológico, sea una lamparita o un televisor, pero lo importante es la reunión, esa unión de personas que en ese momento dejan su egoísmo de lado, dejan su individualismo y comparten sensaciones en un dialogo, discusión o simplemente en un vaso de alguna bebida espirituosa.

No hay ninguna duda que los tiempos modernos o mejor dicho el sistema actual, busca que perdamos esa parte que todavía conservamos de nuestros antepasados, debido a que las personas reunidas son peligrosas, porque en esos grupos se piensa, se planea y es muy posible que este nuevo ser, capaz de razonar, pueda revelarse. Para revelarse no hace falta gran cosa, simplemente una injusticia, por eso se quiere alimentar al individualismo, alienar al ser humano, deshumanizarlo, es decir, jugá en tu casa con la computadora o por Internet, mirá la televisión sólo pero no salgas de tu hogar, ni para comprar comida, no te reúnas con nadie, que la gente es mala. Nos quieren engañar, nos quieren convencer para que no compartamos nada con nadie, ojo señores, que no nos atrapen con sus ideas, sigamos disfrutando de la reunión, de ese momento y sigamos confabulando contra el sistema, no nos conformemos con poco, ni con mucho, el que se conformo se apaga, comamos un asado y tomemos unos vinos y divaguemos entre palabras sueltas que parecen disparates, pero que siempre hacen centro en algo o al menos llevan a algo y de esta forma nos quedan pequeñas cositas dando vuelta en la cabeza y pensemos, por favor, no dejemos de pensar, no dejemos que nos hagan autómatas de este mundo.

martes, 25 de septiembre de 2007

21 DE SEPTIEMBRE

Es un día como cualquier otro para mí –piensa Aranguren-, sin embargo algo diferente hay, se siente en el aire, en las pelusas que sueltan los plátanos (cierto tipo de árbol que puebla la ciudad), también se denota la presencia de muchos adolescentes en las calles y parques, No cabe duda – vuelve a pensar el poeta – es la primavera.

Como en casi todos los años amaneció nublado y fresco, pero el sol con su gran voluntad se asoma cada tanto, trepa con sus manitos a las nubes, No en todas partes es primavera y no me refiero a la ubicación con respecto al Ecuador, no, en esta misma zona, este día se vive de diferentes maneras; un grupo de pequeños niños o de niños pequeños, asaltan una farmacia, dos niñas con apenas doce años intentan robar un kiosco, para estos nenes no hay primavera y nunca la hubo, quien se atreve a juzgarlos, es el mismo que se las robó.

Aranguren se toma la cabeza con una mano, afuera los otros festejan, tomando vino barato de cartón y fumando calidoscopios de papel, algunos aprovechan la ocasión para vender flores y veneno, los enamorados tienen la excusa de las hormonas para los engaños.

El Dios juega a los naipes, ¿qué carta te toco? – se pregunta sin respuestas- ¿qué primavera es mejor?, la de los parques con descontrol o la de los pibes con paquitos que ya no sienten dolor. Señores, ya nadie sabe que festeja, cual es el motivo, simplemente es un día no lectivo más.

Aranguren está sentado y la brisa le mueve los pelos bajo la boina y se sentencia, Yo llevo la primavera en mí, llevo los recuerdos de la gaseosa, el sándwich de pan lactal y los mates con bizcochos, el picado con los muchachos; llevo tu recuerdo entre sonrisas y caídas al tratar de aprender a andar en bicicleta y darle chocolates y fiambre a los patos del lago. Hoy ya no soy un estudiante y han pasado varios 21 de septiembres, tantos que ya no tengo memoria, Hoy ya no tengo el día libre para visitar Palermo o Centenario, tal vez por eso, para mí es un día más y no pueda separar la realidad que rodea todo y todo afea y los culpables siguen sin aparecer.

Aranguren cierra el cuaderno, el sabio y el filósofo lo miran y no dicen nada, no hay nada que decir.


Gastón Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservados. ®


miércoles, 12 de septiembre de 2007

08-09-2007

Este es mi viaje, incierto. Pague mi derecho a sentarme y observar, puedo bajarme aca o más adelante, pero ya no puedo hacerlo en la parada anterior, ésa ya pasó, quedó atrás. Y mi don, mi maldito don me lleva a escribir, como si alguien más lo hiciera, entre lo que escribo y pienso hay siempre un defasaje.
Afuera hay una sinfonía de gotas y me siento seco y seguro, pienso cómo sería no pensar tanto, me transformo en un aro de luz que se aleja de mi carne y se transporta por un tendido eléctrico. Me detengo a ver vidrieras que no me reflejan, gente aglomerada bajo los toldos esperando que la lluvia cese y algunos charlan con otros mirando el cielo gris y espeso, me pregunto si estarian en esta situación si hubiese sol, rapidamente me respondo que no y sigo mi camino.
Llego a tu casa, a tu cuarto, y te observo, durmiendo tan profundamente a media tapar, respirando fuerte cada tanto como un suspiro de ensueños y me quedo mirandote, la suerte que tengo en esos momentos de no poder despertarte (romperia todo este encanto); cuando me quedo mirando una pared tapizada en corcho e intento ver que hay en ella, plaf, te despertas, tan hermosa como siempre, como el sol que falta en la calle (porque estaba durmiendo) entonces me voy, me escapo por donde vine y vuelvo a mi cuerpo dormido en un asiento.
Una joven a mi lado, se maquilla con algo que parece piel en polvo, busca por el espejo que tiene alguien que la mire, luego pinta sus labios de rojo y yo la miro, pero su rostro no es el suyo sino el tuyo, se le cae la cajita de piel y se agacha a levantarla. Ahora es ella, muy joven y muy linda, pero escondida detras de un cuadro de Dali con tantos colores y me digo que tu cara es mucho más preciosa, natural sin necesidad de utilizar acuarelas.
Mi viaje se termina, está llegando a donde todos llegamos, dejo de escribir y me aproximo a la puerta, toco el timbre y arriba del colectivo dejo mi sueño, mi deseo y mi ilusion. Paro de llover y el sol gana la partida, tal vez sólo yo vea al sol luego de haberte visitado sin que lo sepas.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

04-09-2007

El rengo intenta correr,
el ciego busca mirar,
el que no tiene que perder
nunca busca ganar.

El mundo gira al reves,
para los que saben porque luchar.
Mi sueño se fue,
pero siempre, siempre volvera.

Vos me hiciste saber,
todo lo que hay en mi.
En tus ojos yo vi,
cielo, aire y mar.

En vos no dejo de pensar,
tu recuerdo vive en mi,
llevo el aroma de tu voz,
nunca te voy a olvidar.

lunes, 27 de agosto de 2007

NONO

Hoy me puse a ver una foto tuya y mientras lo hacia me vinieron recuerdos, la verdad que la vida es por momentos ingrata, porque hoy te veo tan bien por fuera pero sé que por dentro no lo estas, que se te confunden los tiempos y que por momentos te das cuenta. En mi egoísmo no te visito porque me resisto a verte mal a escucharte hablar solo por los rincones o a mantener conversaciones ajenas a las que se llevan acabo, me duele mirarte en esa foto y recordar.

Recordar cuando me llevabas a cococho por las calles o me llevabas a la plaza, cuando te hacía algún berrinche, me traías chocolates los domingos cuando te íbamos a visitar o hacías un asado, las vacaciones en Capilla del Monte con el remisero que nos pasaba a buscar y me decía “pascual” y no te olvidabas de esos momentos siempre en algún momento lo recordabas, tu peronismo acérrimo te recuerdo diciendo “este turco de mierda”.

La vida nos golpea cuando menos lo esperamos y a vos te golpeo sacándote a mi abuela y pienso que debe de ser terrible, tantos años compartidos en este infierno terrenal, tan dependiente de ella y tanto amor, y te decían “dejate de joder nino, hay que seguir adelante” es fácil decirlo no hacerlo, te entiendo. Yo no sé decir las cosas nunca supe y me gustaría decirte que te quiero muchísimo, pero lo tendría que haber dicho tantas veces, y hoy tal vez no tenga sentido, pero quiero que lo sepas, te voy a perder por que es el ciclo de vida y me voy a lamentar como ya lo hago de no decirte las cosas.

Extraño esas charlas de fútbol con tu bosterismo a pleno, o escucharte contar cosas de antaño, y me dicen a veces que tengo tu carácter cuando me pongo cascarrabias y nunca lo refute, de hecho estoy contento, porque me gusta tener algo de vos. Entre chistes con las cosas que haces por la enfermedad oculto mi dolor, sé que la ficha va a caer y no hay vuelta atrás, entre lagrimas se me dibuja una sonrisa al recordar estas cosas que vivimos juntos, los veranos y los inviernos que pasaba en tu casa, sigo pensando en la estupidez mia de no ir a verte para recordarte como sos para mi y no como estas ahora, que tonto es el ser humano o que tonto soy yo, y como duele, la puta che, como duele todo esto, estoy sensible por la vida en general, vos siempre preguntando por mí por si estoy bien con el laburo y yo acá escribiendo lo que no me sale por la boca, que difícil que es todo, como me gustaría volver a esa época en que me decías vamos a patear un rato al fondo. Ahora me gustaría también poder decirte nono quedate tranqui que mañana a la mañana vamos a patear un rato.

Gastón Pigliapochi
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viernes, 10 de agosto de 2007

LA DESCOMPOSICION DEL BAR

En este bar descompuesto por tanta hipocresía intente hilar palabras y someterlas a la prisión de papel, con la idea de escribir algún nuevo cuento, a veces las cosas no son como uno quiere o espera, mi mente no podía desarrollar una idea, el murmullo del lugar me distrajo y pude ver la enfermedad que rodeaba e infectaba al pobre bar.

En una mesa una joven mujer entre sollozos, esquivaba la mirada de su pareja, al que yo solo podía ver su nuca, él la tomaba de la mano pero ella evadía la de él y limpiaba sus lagrimas, supuse un amante, un amor que se cortaba, en que la dama era la que daba el cierre y sus lagrimas eran por el dolor del otro, hipócrita pensé, como si realmente importara el dolor de ese pobre diablo.

Bajé la vista a mi papel que solo tenia una fecha, la de ese día en que intentaba crear algo, un mozo pasaba despotricando contra el mundo, siempre entre dientes y con una sonrisa para poder ganarse la propina del pelado que estaba sentado en diagonal mío, y con agilidad esquivaba las mesas y a la gente que entraba y salía de ese sitio tan inundado de mentiras.

Yo absorbía mi café (por cierto muy buen café) sin sacar la mirada de los clientes, y me dije ¿por qué nadie dice lo que siente?, evidentemente esto salio de mi boca (cosa común en mi, decir lo que pienso). Lo pude percibir por la anciana sentada a mi derecha, pintada como un fantoche, que me miraba frunciendo el seño y dando una panorámica de arriba hacia abajo; la mire, le incline la cabeza y le sonreí, esto la hizo volver a sus menesteres y rápidamente tuve una respuesta a mi pregunta, decir lo que se siente tiene su precio, y este es muy alto en general. Uno dice lo que siente y puede ser tratado de loco o simplemente puede desengañarse al siguiente instante en que su sentimiento salió de su boca, cuantas veces hemos dicho cosas y se levantó una pared delante nuestro.

Mire mi reloj, todavía con su vidrio roto desde hace tantos años, la manecilla pequeña giraba mientras me miraba como la anciana, juzgándome por lo que decía o tal vez por lo que pensaba, le incline la cabeza y le sonreí. Una niña entró vendiendo flores, el hombre que estaba con la mujer que lloraba le compra una rosa, como si eso solucionara el mundo, el mundo cruel y frió de la niña y su mundo que se rompía en mil pedazos, hipócrita al no aceptar las cosas y sabiendo que eso no soluciona nada comprar la flor.

Mi reflejo en el agua llenaba el pequeño vasito, cuadrado en su base, ese que sirve para enjuagarse la boca y poder saborear el café. En ese reflejo ví mi propia hipocresía, yo no soy una persona hipócrita por lo general, pero hay momentos en los que esta me gana, y ese era uno de esos momentos, me alimentaba ese dolor ajeno, ese ajetreo de personas que no se decían lo que sentían y me sentí feliz de no estar en el lugar de ningún otro, tuve ganas de gritarles hipócritas pequeños seres infelices, pero no lo hice, en lugar de eso vomite estas palabras y escribí este texto, ahora que lo termino realmente no me siento tan distintos a estos espectros que descomponen al pobre bar, que en sus paredes tiene escritos, mejor dicho tallados, juramentos de amor eterno y nombres de personas que nunca sabré si existieron.

Gaston Pigliapochi

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viernes, 27 de julio de 2007

ENAMORADO CONTRA EL AMOR

Ella le dijo que lo quería que le hacía sentir tantas cosas, él la miraba absorto con el corazón que se le salía del pecho, la tomó de la mano y la acarició, no deseaba otra cosa en el mundo más que ese momento sea eterno, inacabable. La veía mover sus labios y los seguía, como hipnotizado, se dejaba llevar por las palabras que tan suavemente salían de la boca de ella, la mente del joven iba mas allá de todo corría muy deprisa, al igual que el latir de su corazón.

Él extrañaba, cuando la figura de ella estaba ausente, sus besos, el lunar de su de su rostro rozagante rosa en los pómulos y en su nariz, el aroma de su cuello y sus muñecas, la suavidad de su pelo y su espalda; y en estas cosas pensaba el enamorado, cuando comprendió que sus sentimientos tal vez no serían los mismos que los de ella.

Ella lo quería pero el la amaba, a ella todavía la acosaba el pasado no muy lejano, a él no le importaba nada, esperaría lo que habría que esperar y siempre estaría para ella, pero en ese momento de lucidez pensó si la joven estaría dispuesta a lo mismo, ¿lo esperaría? si la situación fuese al revés, dudó; y en esa incertidumbre asesina nació el miedo, ese que carcome el alma y estropea al amor, ese que surge sólo, por simple duda, por simple razonamiento equivocado, por simple despojar de los pensamientos hermosos del amor y darle paso a los del egoísmo de lo que pasa por el corazón del otro, por una simple mala interpretación de palabras o de expresión, así fue como se levanto de la cama, la miro a los ojos y le dijo que lo sentía , que él no la quería él no la amaba y que no quería hacerla sufrir. Prefería desgarrar su alma a seguir con esa idiota desconfianza que no le permitiría seguir amándola, no se dio cuenta que en esas palabras ya había matado a su amada y se había suicidado, la muchacha lloró y liberó su mano de las del joven, este con el rostro cambiado, una mirada firme y austera, salio del cuarto, de la casa y se alejo por la calle; una vez en su hogar ahogo sus lagrimas y llantos en su almohada, había cometido la peor estupidez de su vida, había hecho sufrir a su gran amor y también se lastimó al él mismo, a mitad de la noche se ahorco con su sabana, dibujada con soles y lunas, desde la araña de la pieza húmeda. La joven amaneció muerta en su habitación luego de haberse cortado los hilos con los que nos maneja el gran titiritero universal.

Gaston Pigliapochi

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sábado, 9 de junio de 2007

UNA SONRISA

05-06-2007

Una sonrisa constante que no esconde nada, un par de ojos despiertos y llenos de una chispa infinita, pequeña de cuerpo pero no alcanzan los brazos del mundo para abrazar lo que es; reflexiva soñadora, comunicadora de un creer, un creer en sus letras que guardan pedacitos de ella, un cielo en el sur un atardecer en el mar, un otoño en Buenos Aires y una calma sensorial, eso transmite con su mirar; escribe con sus manos suaves y finas, sueños grandes y sabiduría bohemia, sensibilidad extrema de artista.

NO HACE FALTA DECIR DEDICADO A QUIEN ESTÁ ESTO, PORQUE ESA PERSONA SABE QUE VA DEDICADO A ELLA.

Gaston Pigliapochi
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martes, 29 de mayo de 2007

MOLESTO

28-05-2007

Me molestan los que me apuran para caminar y los que caminan lento delante mío, me molestan los que esperan ansiosos mi asiento y los que no se lo ofrecen a alguna embarazada, me molesta el miedo del cobarde pero también la valentía del amante, me molesta la lluvia en verano y el sol en otoño, me molesta el maltrato de los poderosos y el paro de los que reclaman, me molesta el frió en los dedos pero también el calor en el cuerpo, me molesta la falta de respeto y el abuso del respetado, me molesta la literatura barata pero mas molesta el intelecto del que se cree superior, me molesta la hipocresía y la falsa modestia, me molesta la mentira de la verdad y la verdad de la mentira, me molesta el autoritarismo y también el pacifismo, me molestan los gringos pero también los rusos, me molesta tu recuerdo y tu ausencia, me molestan las fotos viejas y la vida nueva.
Sobre todas las cosas me molesta estar tan molesto.

Gaston Pigliapochi
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El Vendedor De Sueños

Cada mañana el vendedor de sueños se paraba en la esquina con su carrito estrafalario, la gente se acercaba y le compraba un sueño o una pesadilla, era el caso de Luis que acompañado de su padre todas las tardes llegaba a la esquina y hacía la correspondiente cola con su billete en la mano y con la expectativa a flor de piel.

Durante años compró sueños al vendedor, siempre distintos de vez en cuando compraba alguna pesadilla para saber del temor y hacerse valiente, a medida que fue creciendo fue empezando a descreer en el vendedor.

Cuando cumplió 24 años se acercó una tarde de otoño al vendedor y le dijo:

-Usted es un fraude, usted no vende sueños, vende falsas esperanzas vende ilusiones.

-¿Y Que son los sueños? – Le respondió el viejo.

Luis había llegado a la conclusión luego de años de análisis que en realidad el vendedor no vendía el sueño, sino que, uno compraba su propio deseo, es decir si uno deseaba soñar algo bonito, de hecho lo soñaba esa misma noche, así y todo Luis nunca dejó de comprarle sueños.

El viejo vendedor se sintió ofendido y le dijo

-Si es lo que crees, correcto, no te voy a vender más un sueño.

Y así fue, Luis nunca más compro un sueño, el vendedor nunca más se paró en su esquina, y Luis nunca más volvió a tener pesadillas ni sueños bonitos, durante años intento encontrar al viejo y paró a cuanto anciano se le parecía en cada esquina que recorría.

Hasta el día de hoy Luis no dio con el vendedor y llego a una nueva conclusión su último sueño fue que el vendedor no existiera y pagó por este último sueño, asi es que para él este viejo no existe y nunca mas pudo volver atrás la situación y hoy es un hombre triste y desesperado en busca de sus sueños.



Gaston Pigliapochi
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viernes, 25 de mayo de 2007

PAQUITA "LA PARCA" 1

29-03-2007

La habían bautizado (irónico) “Paquita”, desde chica la iniciaron en la labor de llevar almas, no importaba donde, de eso se ocuparían otros, ella solo tenía que conseguir las ánimas. Nació como escupida del otro lado, sin tiempo para preguntarse ni de discutir los hechos, en su deber no existía un por qué ni una razón, en diferentes partes y épocas se la conoció de distinta manera, pero en su barrio en su lugar la conocían por “Paquita”, flaca desgarbada y petisa, de todas era la mas inadaptada, pensaba demasiado, decían, ponía todo en tela de juicio, esto a los jefes no le gustaba mucho.

La mandaron a la tierra, le dieron un pueblo del sur: en su primer misión mientras caminaba por Barrancas de Belgrano se cruzó con el poeta Alberto Aranguren, estaba sentado en el cordón de la vereda esperando el 114 rumbo a lugano, se le puso al lado y lo miró, el joven literato le devolvió la mirada, Paquita se sorprendió, supuestamente nadie puede verla, la impresionó más que este sujeto no se asustaba, así que le arremetió:

- Soy Paquita “la parca”, la muerte – le dijo con voz tenebrosa, tan tenebrosa como podía ser su voz.

- Sé quien sos – indiferente, mirando al suelo, y jugando con las monedas

- ¿No tenés miedo?

- Miedo a qué

- A mi

- No, fijate, no estoy en tu lista seguro.

Desenredó un papiro y buscó con su dedo largo y huesudo.

- Es verdad, pero no estás ni ahora ni después ni antes, no entiendo

- Yo cargo con eso señora ¿para qué me va a llevar? ¿A dónde me va a llevar? Este es mi cielo y mi infierno, por momentos fui y soy tan feliz y por otros estuve y estoy sumido en un dolor tormentoso.

- Me dice que está muerto en vida, pero ocupa un lugar en la tierra

- No creo que nadie lo quiera, se lo aseguro

- Bueno amigo, lo dejo con su pena, y veré que me dicen arriba o abajo

- Sepa algo Paquita, los poetas estamos todos iguales, cruzamos de un patio a otro. Pero no se desespere, estamos en extinción, cada vez somos menos. Ah y me olvidaba digale al barbudo y al siniestro que tal vez al descreer en ellos quedamos sumisos en este limbo terrenal.

- Bueno se lo diré, y lamento que esté así, me voy a buscar otra alma, tengo que llevarme una, no puedo bajar mi cuota diaria y por favor vuelva a creer sino será un caos.

- Le hago una pregunta, ¿no tiene cinco centavos? Que me faltan para el bondi

- No, pero ya se lo consigo.

Paquita se levantó y cruzó la acera, se acercó a un vigilante, lo tocó y este cayó redondo de un ataque cardiaco. La muerte se volvió hacia Alberto con el alma del vigilante que no entendía nada, le dio los cinco centavos y se despidió. El poeta le preguntó si no cambiaba las cosas el vigilante muerto.

-No, este pobre diablo moriría la semana que viene en un tiroteo.

-Adios Alberto y suerte

-Adios Paquita que tenga un buen día laboral.

Gaston Pigliapochi
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BICHO

22-05-2007

Un agujero y allá, allá en el fondo, un bicho que gira y da vueltas; trata de subir por paredes que no son paredes sino pisos que son techos. Torbellino de aire calido que mueve tus antenas, y tus alas rotas, te patinas y quedas boca arriba (estupefacto o estupidizado) mirando otro agujero, brillante cegador, un agujero que para vos es el único, pero que esta arriba o abajo, un agujero cambiante que se oscurece de golpe, que cambia de color, un agujero inalcanzable tan alto o bajo como para no llegar nunca, vos bicho pequeño yo Dios grande, qué cambia entre nuestras posiciones, qué hace que todo sea distinto y lo mismo a la vez.

Pierdo el tiempo mirándote girar alrededor de los bordes, cambiando la velocidad y la dirección de tu recorrido por medio de golpes brutales contra esa pared azul, azul para mí, para vos no sé si tiene color.

Tal vez mi naturaleza sea mas cruel que la que te brinde (tal vez solo tal vez) pero, sin embargo, te estiro una vara de madera para que tengas esperanzas y sigas con vida, te trepas si vieras como te trepas estarías orgulloso de vos mismo, pero giro la vara velozmente para que vuelvas a caer en ese fondo de un agujero, agujero para mi, todo para vos, y ahora otra vez a correr por los bordes, con mas fuerza que antes, viendo si girando para ese lado vuelve la vara con esa esperanza idiota que caracteriza a todos los seres.


Gaston Pigliapochi
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sábado, 5 de mayo de 2007

SUEÑO

04-05-2007

Se despertó en medio de la noche, afuera los gigantes eructaban, mientras sacaban fotos con flash y lloraban. Apoyó su espalda en el respaldar de la gran cama, llevó sus rodillas al pecho y las envolvió con ambos brazos, colocó su cara en el hueco que se formaba, posición fetal vertical, con los ojos cerrados se le vino toda la vida encima.

Los patios de la infancia, los partidos de tute y truco, el domingo de pastas o asado y vino; miró de reojo a Isabel, tan blanca confundiendo su rostro con la almohada y su pelo tan rojo formando un mar de sangre un abanico de fuego. El silencio de a ratos lo llevaba a olvidar el sueño que lo hizo abandonar el descanso, pero otro estruendo lo volvía a meter en su mundo pasado para no pensar en la tormenta. Mario pensaba en, cuándo cruzó la línea, cuándo se convirtió en lo que no quería ser; “La Colorada” no se enteraba de lo que pasaba a su lado, suspiraba entre sueños.

Siempre fue un hombre reflexivo, y últimamente estaba estancado y esto lo hacía lo hacia pensar en esa vida libre, donde no había horarios y donde los sábados jugaba a la pelota, la tapia de los Alonsos, donde él y Luisito charlaban uno a cada lado.

Volvió a mirar la cara angelical, y a su vez siniestra, de Isabel, corrió un mechón de pelo del ojo de ella, quien inclino la cabeza y apretó la mano de Mario entre el mentón y el hombro, como el regocijo de un felino, solo le faltaba ronronear. Ella lo había ayudado mucho, cuando la conoció estaba muy deprimido y fue su cable a tierra, su amuleto para la felicidad (a mi en el poco tiempo que conocí a Isabel me pareció una muy buena mujer); pero con el tiempo la vida se hizo cotidiana, los besos cada vez eran menos dulces y mas bien de habito, la rutina se fue apoderando de él.

-Las pequeñas cosas – Se decía a si mismo mientras se tomaba la cabeza tapándose la cara con ambas manos. Recordaba las palabras que alguna vez yo le había dicho.

Lo recuerdo como hoy, estábamos en el patio del instituto, luego de haber tocado unos valsecitos para un publico reducido, charlábamos de la vida en general, él sostenía que la rutina era mala que arruinaba todo, que todo lo hacia frió y sin sorpresas, yo entretanto trataba de hacerle entender que lo hermoso estaba “en las pequeñas cosas”, esas que hacen que nos olvidemos de la rutina; él no me escuchaba nunca lo hizo, y me exponía su idea del miedo a la muerte “le tememos a la muerte porque no queremos irnos, porque acá hay cosas que no queremos dejar, cuando perdemos ese miedo es porque ya nada nos importa, porque no hay nada mas que hacer, ¿me entendés Alberto?, nunca perdamos el miedo”.

De hecho Mario había perdido el miedo hacia tiempo, y relojeaba nuevamente a Isabel, y la odiaba, la odiaba en silencio y la amaba. En los vidrios del ventanal se veía multiplicado en todas las gotas de lluvia, muchos él, mucho silencioso dolor. En que momento Medusa lo convirtió en piedra -pensó-, se sentía simplemente una estatua, Isabel fue su guía, la persona que lo contuvo en los peores momentos, ese era el problema, él seguía los pasos de la mujer y todo pasaba por ella, toda decisión, toda discusión; Mario deseaba sacarse ese grillete, volver al libre pensamiento, a la no rutina, a los amigos, al bar del Gallego para comer la picada del viernes y tomarse unos vinos con nosotros (que ya no éramos nosotros).

Necesitaba tomar agua, se levanto, fue a la cocina, miró las cortinas de la ventana que daba al parque, justo sobre la pileta, eso colores no elegidos por el, la abrió y en plena oscuridad pudo apreciar la silueta del ciruelo, un refulgir blanco y cegador se lo hizo ver con toda la claridad -no quería cortarlo, amaba a ese árbol, sin embargo Isabel lo odiaba, decía que se llenaba de bichos y le pidió a Mario que lo sacara- lleno el vaso y volvió a la cama a su posición segura y tranquila.

Eran las cuatro y media o cinco de la madrugada, una impaciencia e inconformidad se apoderó de él, miró por última vez el mar rojo sobre la almohada de Isabel, su tez tan blanca y delicada.

-No tenía miedo a la muerte, ya no me importaba, no quedaba otra salida – Me dijo aquella mañana, luego de contarme todos los hechos, en el patio cubierto del penal, donde se recibían las visitas.

Habían pasado muchos años, ya no éramos los pibes que le decían algo a alguna señorita que pasara por la vereda, lo noté triste pero seguro de sí mismo. No negaba lo que había hecho, yo aun no lo podía creer, estaba ahí en ese lugar sin prejuicios sociales (ahí todos iguales), me dio detalle de todo lo que pasó esa noche, todo lo que pasó por su mente y la necesidad de ser Perseo para librar su alma y su mente.

-Hoy vuelvo a vivir, me decía, tengo un objetivo, y vuelvo a temerle a la muerte, tengo motivos que no puedo abandonar y por sobre todo, aprendí a disfrutar las pequeñas cosas, acá la rutina es muy grande, pero siempre es distinta y siempre hay algo chiquito. Tenía que hacerlo, era la única manera, de tener un recuerdo grato más sumado a los otros, donde estas vos, Luisito y el Negro.

No pude discutir con él, no tuve el valor de decirle que hay otras maneras de salir, que no se puede vivir con el pasado a cuesta y que si el presente nos esta lastimando debemos buscar la forma de cambiarlo, pero no para peor, que es lo yo sentía que estaba haciendo Mario.

A la semana de mi visita al penal, me llegó una notificación, Mario se había suicidado, no me extrañó, volví a recorrer en mi mente aquellos días amarillos de sol, de vereda y chocolatada, puse la nota de su muerte junto al periódico que contenía la noticia y las fotos del asesinato de Isabel Ramirez y de su asesino (ella tan ella, tan blanca sobre un manto rojo, mezcla de su pelo y la sangre que brotaba de la herida de su cuello); guardé todo en el cajón del estudio, me fui a mi cuarto abracé a mi mujer y nos dormimos, como cada noche, para empezar la nueva rutina de mañana.

Gastón Pigliapochi
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BOLSITA VERDE

19-04-2007

La joven se acercó a una de las mesas, tomó asiento y pidió un café, o al menos es lo que pude interpretar por el gesto que le hizo a uno de los mozos. Apoyó sobre la tabla dos bolsas, una verde y otra roja; nos separaba un mar de sillas, mesas y sobre todo de gente que iba y venia, por un instante sentí que me miraba, bajé la cabeza y volví a mi papel, mi cigarrillo se consumía en su soledad al igual que lo hacía yo, cuando lo creí conveniente regresé mi vista para seguir escrutando a la joven desde la distancia.

Estaba inquieta, parecía nerviosa, movía la mano dando pequeños golpecitos al costado del asiento, con la misma impaciencia prendió un cigarrillo, se le acercó un mozo (no era el mismo que había tomado su pedido) y le sugirió que se pasara al sector fumadores (yo era un testigo visual y no auditivo) la muchacha se fue hacia otra silla que estaba aproximadamente un metro de la primera –pensé en lo absurdo de la situación, imaginé al humo, respetuoso, no cruzando al otro lado como si leyese el cartel de prohibido fumar- pité mi cigarrillo como en apoyo a la joven quien le decía un insulto al camarero, esto lo leí claramente en sus labios.

Revise mis apuntes hasta el momento (estos apuntes, en este momento, este ahora) corregí palabras de las primeras líneas, tal vez mas adelante corrija algunas de ésta; traté de separar a la muchacha (de ahora en mas será llamada Ana) de mí, de ella tan ella y de los demás tan nada, no pude hacerlo, es mas me sentía cada vez mas atrapado en sus ojos, en lo marrón de ellos, en lo profundo de su mirada que hacían sentir pequeño a cualquiera. De esos ojos, lejanos para mí, comenzaron a brotar lágrimas, esas gotas de mar recorrían sus mejillas contorneándolas con un brillo angelical, para llegar al fin hasta las comisuras de su boca donde se juntaban formando un océano que se adentraban por sus labios.

Las lágrimas se hicieron llanto mudo, pero cada tanto dejaba ver una sonrisa entre dientes y Ana limpiaba en ese instante, con la manga de su saco marrón, su nariz y sus ojos, era extraño, ciclotimia, del llanto a la risa y de la risa al llanto, esto sucedía cuando miraba dentro de las bolsas, con la roja lloraba y con la verde se limpiaba con su saquito.

Las bolsitas eran de tela, pana, pensé, -nunca fui un experto en telas-, no eran de gran tamaño, los colores se veían gastados sobre todo el verde que alguna vez debió ser mas vivo. Supuse que en ellas la joven guardaba su vida, en la roja me imagine su pasado, los recuerdo, la niñez, los amores perdidos, los sueños rotos; en la verde, el porvenir, el futuro, los anhelos, los amores que todavía no eran. Por esto lloraba al ver dentro de la roja, al ver lo que perdió, pero sonreía al ver en la verde, porque sabia que siempre algo bueno viene.

Me anime a acercarme a ella, me levanté fui hasta su mesa, afuera las hormigas bípedos corrían como buscando su alimento, comenzaba a llover, le toque el hombro a la niña y le ofrecí un pañuelo de papel, le pregunté porque lloraba, me respondió alguna banalidad como excusa, la mire a los ojos húmedos y le dije que entendía, que me pasaba lo mismo, que uno sufre al ver el pasado y que el futuro le parece lejano, le mostré una bolsita mia azul.

-Antes guardaba las cosas en diferentes bolsas, hoy me di cuenta que todo es una, que ese futuro esta ligado a ese pasado, bueno malo, no lo sé, pero pasado al fin y la única forma de vivir un presente coherente y feliz, es mejor tener las dos cosas en la misma bolsa.

Ana me miró, fijo su mirada en mis ojos y me dijo “gracias”, le sugerí guardar todo en la bolsa verde, como idea cursi de la esperanza. Tomamos unos cafés juntos y luego salimos a la calle, el mundo estaba mas tranquilo al igual que ella, no había mucha gente por la avenida Rivadavia, cada uno tomo rumbos distintos, nunca mas supe algo de ella.


Gastón Pigliapochi
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miércoles, 2 de mayo de 2007

02-05-2007

He caminado por rutas,

que jamas llevan de regreso.

Mirando a la noche eterna,

entre tantos viejos reflejos.

He cantado plegarias,

para el niño despierto.

Que se muere en una cama,

y no entiende nada de esto.

He doblado en la esquina,

donde todo se vende dos pesos.

Estoy viajando a la nada,

y todavía me quedan algunos besos.

lunes, 16 de abril de 2007

Cuento Brevísimo

Me acerque a la puerta del mundo el cartel en esta decía “Cuidado Con El Ser Humano”.

Gastón Pigliapochi
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jueves, 12 de abril de 2007

EL JUEGO

11-04-2007
Voy a empezar este texto citando lo que el diccionario de la real academia española define por juego.

Juego: Ejercicio recreativo sometido a reglas, y en el cual se gana o se pierde.

Jugamos desde que llegamos acá, primero jugamos con nuestros pies y manos, el fin del juego es agarrarlos, como no controlamos sus movimientos nos parece grandioso alcanzarlos, después comenzamos a hacer magia hacemos desaparecer y aparecer a las personas con un abrir y cerrar de ojos y eso nos divierte mucho, comenzamos a balbucear para volver locos a los adultos que suponen palabras y suponen que no entendemos.
Yo de niño jugaba a muchas cosas, la mancha y gritaba “tocado”, a la escondida “piedra libre para todos los compa” a mi me gustaba mas contar que salvar al resto, era mas pasivo, el poli ladrón en el patio del colegio siempre reprimidos por las autoridades superiores por correr, al quemado como dolía la pulpo marrón, a las bolitas “como costaba esa lechera”, al fútbol en la calle con piedras como arco nos puteaban los vecinos al mancharle las paredes, también cruzábamos hilos plástico de árbol a árbol y la cancha de fútbol pasaba a ser de tenis, siempre me gustaron mas los juego colectivos que los individuales, me gustaba estar con mucha gente, las escondidas comenzaron a ser de noche se hacían mas interesantes, cuando comencé a tener mas contacto con la tecnología hacíamos campeonatos de fútbol en la commodore 64, ya en la adolescencia nos juntábamos a jugar a las cartas estanciero teg y demás juegos de mesa y a tomar ron ginebra o lo que hubiese. Seguí creciendo y hoy comprendo muchas cosas, en los juegos importaba ganar sobre todo o perder pero empatar no interesaba ya que eso era como no haber jugado, con el tiempo encima también me doy cuenta que con los juegos aprendimos muchas cosas a respetar reglas por ejemplo no vale tocar la pelota con la mano o el pie, a compartir barro y lastimaduras, a ser compañeros, también aprendimos a respetar al otro que no quería jugar a una cosa y nos poníamos de acuerdo entre todos.
Los juegos con el tiempo fueron cambiando y muchas veces eran solitarios y mentales caminar por el cordón si caer en las fauces de los cocodrilos imaginarios, la cama como barco y pisar la baldosa roja que era la tabla que nos salvaría del naufragio, saltar de la tapia a un montículo de arena, y siempre algo se ganaba o se perdía, siempre poníamos algún premio o castigo como cuando jugamos a mirar a esa muchacha en el colectivo y el juego consiste en que nos mire para bajar la mirada y volver a repetir el paso anterior el premio es el enamoramiento si mira lo ganamos sino los hace en esos diez segundos establecidos perdemos.
Ya de adulto seguimos jugando, jugamos a ser medico a ser arquitecto como cuando de chico jugábamos a ser cantante, y nos ponemos el premio un titulo una prosperidad, jugamos a ser un buen padre y el premio es tener hijos que nos amen y a su vez nietos, jugamos a tantas cosas, claro ya no esta la inocencia de la infancia ahora jugamos a trabajar para cobrar un sueldo real y poder jugar a comer, hay gente que juega ese sueldo en juegos de azar.
Ahora estoy jugando a ser escritor y mientras termino esta pequeña reflexión sobre el juego, siento que, la vida en sí misma es el juego que se compone de pequeños juegos, y así como un día empieza como todo juego termina, no sabemos cuando, no sabemos si ganaremos o perderemos, de lo que si podemos estar seguro es que no empataremos porque empatar es como no jugar. Y me pregunto como se sentirán los pequeños hombres grises que no juegan o que como el diccionario, creen que solo es una actividad recreativa, claro no van a ganar ni perder nada, pero pobrecitos no se dan cuenta que están muertos.

Gastón Pigliapochi
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martes, 10 de abril de 2007

Mosquitos

10-04-2007

La guerra comenzó, sus kamikazes femeninos no tienen miedo, no se rinden, sus vidas son tan cortas y dejan todo en ella, logran su cometido, nos encierran nos causan temor y con eso nos dominan, están hambrientos de sangre fresca y no hacen distinciones en su afán de ganar estas batallas. Con agujas tan finas como un pelo, con sus zumbidos tenebroso, no nos van a dejar dormir negra, tenemos que hacer algo, ya ni el humo los espanta, ya están acá, miralos ahí colgados de sus patitas delicadas aleteando midiendo cada centímetro de aire, se tiran de a uno, vuelos rasantes y precisos, ya matamos varios y sabemos que es en vano que hay mas que nosotros mismos y lo peor es que no les importa morir, no temen, plaf otro menos negra, mira como te ronda por la nuca mira como te olfatea pero, ya ni el repelente los aleja, tengo las manos cansadas de apretarlos, están ganando, y mira que hace frío, la pared paso de blanca a negra, y algunos ya vuelan mas pesado con la victoria encima otros son manchas grises en la hoja y están los que son manchas rojas por nuestra sangre, que vamos a hacer negrita, que vamos a hacer para que no nos sigan picando y me rasco pero, no me molestan que lo hagan a mi lo que me molesta es que no me dejen dormir con su tanteo para ver si estamos dormidos, por algo sobrevivieron tanto tiempo tantos desastres y nosotros pobres idiotas nos creemos superiores porque somos muchisimos mas grandes en tamaño, pero un simple resfriado nos puede matar, ¿y ellos? Seguirán picando a otros y morirán porque solo viven algunas horas, pero esas horas viven para alimentar a sus hijos y por eso ahí se juegan la vida.


Gaston Pigliapochi
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sábado, 7 de abril de 2007

Un Texto Del Señor Mex Urtizberea

No acostumbro a poner cosas que no son mias, pero hay cosas que valen la pena como este textito publicado por Mex y tambien hay momentos en donde vienen perfectamente.

Mex Urtizberea
La Nación

Lo sabe un chico de cuatro años, de salita celeste, que ni siquiera sabe hablar correctamente.
Lo sabe un chico de seis años, que ni siquiera sabe escribir.
Lo sabe un chico de doce años, que desconoce todas las materias que le deparará el secundario.
Lo sabe un adolescente de diecisiete años, aunque sea la edad de las confusiones, la edad en la que nada se sabe con certeza.
Lo saben sus padres.
Lo saben sus abuelos.
Lo sabe el tutor o encargado.
Lo saben los que no tienen estudios completos.
Lo sabe el repetidor.
Lo sabe el de mala conducta.
Lo sabe el que falta siempre.
Lo sabe el rateado.
Lo sabe el bochado.
Lo sabe hasta un analfabeto.
No se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Lo sabe un chico de cuatro años, de seis, de doce, de diecisiete, lo saben los repetidores, los de mala conducta, los analfabetos, los bochados, sus padres, sus abuelos, cualquiera lo sabe, pero no lo saben algunos gobernadores.
Son unos burros.
No saben lo más primario.
Lo que saben es matar a un maestro.
Lo que saben es tirarles granadas de gas lacrimógeno.
Lo que saben es golpearlos con un palo.
Lo que saben es dispararles balas de goma.
A los maestros.
A maestros.
Lo que no saben es que se puede discutir con un maestro.
Lo que no saben es que se puede estar en desacuerdo con lo que el maestro dice o hace.
Lo que no saben es que un maestro puede tener razón o no tenerla.
Pero no se le puede pegar a un maestro.
No se le pega a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Y no lo saben porque son unos burros.
Y si no lo saben que lo aprendan.
Y si les cuesta aprenderlo que lo aprendan igual.
Y si no lo quieren aprender por las buenas, que lo aprendan por las malas.
Que se vuelvan a sus casas y escriban mil veces en sus cuadernos lo que todo el mundo sabe menos ellos, que lo repitan como loros hasta que se les grabe, se les fije en la cabeza, lo reciten de memoria y no se lo olviden por el resto de su vida; ellos y los que los sucedan, ellos y los demás gobernadores, los de ahora, los del año próximo y los sucesores de los sucesores, que aprendan lo que saben los chicos de cuatro años, de seis, de doce, los adolescentes de diecisiete, los rateados, los bochados, los analfabetos, los repetidores, los padres, los abuelos, los tutores o encargados, con o sin estudios completos:
Que no se le pega a un maestro.
No se le puede pegar a un maestro.
No debo pegarle a un maestro.
A los maestros no se les pega.
Sepan, conozcan, interpreten, subrayen, comprendan, resalten, razonen, interioricen, incorporen, adquieran, retengan este concepto, aunque les cueste porque siempre están distraídos, presten atención y métanselo en la cabeza: los maestros son sagrados.



Yo agregaria, cómo puede ser que haya bestias en plena democracia y pleno siglo 21 que no lo entienden.

jueves, 5 de abril de 2007

Relojes rotos.

03-04-2007

Mal presagio, la ruptura del vidrio de mi reloj, el tiempo finito e incontrolable, la verdad oscura de la muerte, que todo lo pasado fue sepultado en relojes con vidrios sanos, en relojes intactos junto al futuro que no fue o que no será.

Gaston Pigliapochi
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La Puerta Entreabierta

03-04-2007
La puerta abierta hacia un cuarto sin luz, sin presencia alguna, solo ese olor a humedad y naftalina que sale de el, que fantasma habitara en ese lugar, mi miedo me impide acercarme a husmear ni siquiera soy capaz de tocar el picaporte y cerrarla del todo, aunque no me gustan las puertas abiertas ni a medio abrir. Hay ruido a viento calido a viento seco a muerte a olvido y penas de otro tiempo, otro tiempo mío, quizás son la suma de mis temores al pasado al recuerdo al fracaso lejano pero tan presente.
Qué ocultaba la habitación, qué misterio había detrás de esa puerta de madera y vidrios y ambiente espeso, la luz de mi cuarto hacia mas oscuro el otro lo hacia mas intrigante y a su vez mas siniestro, ya no podía dormir pensando en lo que había detrás de ese umbral, pasaba las noches mirando fijamente a la nada, pasaban los segundos que se hacían días, de vez en cuando la puerta se movía producto, supuse, de alguna ventana abierta del otro lado del limite marcado entre la luz y la sombra.
Siempre era de noche allá, la ventana si estaba abierta tenía sus persianas o postigos o cortinas cerradas, lo que mas me perturbaba era que ni las cucarachas cruzaban al otro lado al otro mundo. Cuantas cosas habían pasado a la oscuridad qué serian de ellas, mi pelota de tenis, mis bollos de papel, nada volvía, nada pasaba, más que eso, nada. Con los años comprendí que el miedo era mío, que tal vez ese cuarto deshabitado no era mas que eso, junte valor durante varios días y una mañana totalmente desquiciado ya, me decidí a cruzar y, así fue como lo hice, llegue al interruptor de luz de luz (que sabia exactamente donde estaba) y la encendí, reconocí el cuarto de inmediato, era mi cuarto, mi cuarto de niño, mi pasado seguía ahí, sentía mas temor y mas dolor que antes, sentí todo el peso del tiempo en mi. Ahora sentado en la cama miro la puerta entre abierta, la oscuridad que entra me da mucho escalofrió, solo atino a gritar “Mamá, dejame la luz del living prendida, por favor…”, ya con la luz encendida, se me pasa el miedo, todo esta mas seguro y se que no voy a cruzar esos marcos con oscuridad del otro lado.

Gaston Pigliapochi
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miércoles, 28 de marzo de 2007

A Mi Ciudad

28-03-2007

No tenés idea de que por tus ríos grises de asfalto y adoquines viajan miles de poemas, que voy a robarte una sonrisa en alguna hoja seca por el otoño, siempre tan imponente con esa mezcla tuya de absurda soberbia inocencia e ingenuidad, esa misma mezcla que tenemos nosotros los que convivimos con vos.

Cuando estaba lejos tuyo me parecías más hermosa, como sucede con esos amores lejanos casi platónicos y que cuando el amor es consumado nos parece que no era lo que queríamos.

Y vos tan impúdica con tu desnudez tan pintada, administrada por chulos poderosos, que en tanto en tanto te hacen un lifting para venderte mejor y a mejor precio, y que de esta forma hacen que cada vez te llegue menos sol, como un tributo no se a que o quien estos personajes te bañan en sangre como Cleopatra se bañaba en leche, el ultimo baño sigue presente en la memoria colectiva.

En el centro de tu pecho siempre hay luz la noche no llega nunca, y vista de arriba en la oscuridad iluminas como un pequeño sol.

Cuantas veces me adentre a lo mas profundo de tu interior, tan profundo como nos dejan, cuantos cigarrillos fume sentado encima tuyo, en cuantos bares compartimos soledad y melancolías.

Y te envenenamos como fumadora pasiva que sos de nuestros escapes y ruidos y vos no te quejas, no pedís nada a cambio, en algunas partes tuya todavía se nota la edad que tenés pero sos tan linda.

Mi sentimientos por vos son encontrados te odio muchas veces, pero no se si podría morir lejos tuyo no sentirte mas bajo mis pies, por eso la puta che que te quiero tanto muchas otras veces querida Buenos Aires.

Gaston Pigliapochi
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martes, 27 de marzo de 2007

Poeta

27-03-2007

Sede del infierno en la tierra, cruces vacías (gritó el poeta mientras abría la ventana del balcón) no hay peor rencor que el que tenemos hacia nosotros mismos y ustedes, hormigas de un Dios poco caritativo (a un grupo de pequeñas personas aglomeradas en la calle), no tienen idea de adonden van ni porque trabajan .

La muchedumbre aumentaba mientras el poeta flameaba, como bandera, agarrado de la reja negra y verde del balcón con un brazo y un pie pisando el aire. Bomberos policías y paramédicos hacían su movida mecanizada como piezas de ajedrez.

-No hay dolor peor que el que no se siente, en la muerte no hay miedo ni riesgo.

La gente se tomaba la boca y ponía cara de asombro y señalaban a lo alto.

-Morbosos ustedes, de vidas vacías que disfrutan del sufrimiento ajeno del amarillismo de ver morir a alguien, no quieren que entre, están a la espera de que salte, ese es el espectáculo, ese es su goce. Cuando no hay mas que decir, cuando no hay nada mas lindo por escribir, es cuando debemos abandonar el juego, es cuando no vale la pena seguir quemándole el oxigeno a otros.

El Poeta salto, sus palabras nunca llegaron al oído de la gente, a diez pisos nada se escucha, y su recuerdo solo es una mancha mas de sangre en la avenida, la gente se disperso, muchos volvieron a sus labores otros a la vida en relitys televisivos, no hubo nota alguna de lo dicho por el poeta, solo la noticia de un hombre desequilibrado que salto de una ventana y fotos de su cuerpo, hoy compre el diario y lo ví, dejo de escribir porque se me hace tarde para el partido de fútbol.

Gaston Pigliapochi
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domingo, 25 de marzo de 2007

Ni Perdon Ni Olvido

NOS ROBARON
nos robaron hermanos
nos robaron hijos
nos llenaron de dolor,
y alimentaron el amor.

Nos robaron el silencio
e interrumpieron la paz
porque no vamos a parar
no nos van a callar nunca mas.

si el sistema hace olvidar,
nosotros vamos a reaccionar,
con la modernidad
nos quieren estropear una generancion mas.

Los desaparecidos van ha aparecer,
no se puede ocultar la verdad.
Las cuentas se van a pagar,
aca y luego mas alla.

Gaston Pigliapochi
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