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martes, 11 de noviembre de 2008

Extrañando

Podría decirte que son mis labios los que te recuerdan, con una memoria furtiva, carente de dolor y con una alegría presente. Aquella noche en la que el alcohol de tu fruto maduro nos embriagaba; las manos buscando huecos libres, cuan libros en una biblioteca, donde alojarse; los besos, entre sueños, que estos labios recibían; el olor de la mañana en la almohada. Todo tan presente hace que la ausencia asuste.
El mundo sufre de grandes ausencias: el amor, que se ofrece con cuenta gotas de cianuro; la vida, que está en oferta y no vale nada; el porvenir, que se parece tanto al pasado, es oscuro y frío. Pero, qué importa lo que sucede allá afuera, si yo acá te recuerdo junto con mis labios, y todo eso que falta está firme: el amor, la vida y el porvenir.