se vuelven densos.
Se abarca al mundo,
con una mirada.
Se siente la fiesta,
en los globos colgados.
Pasan las horas,
y se van desinflando.
La inocencia de un niño,
inconsciente de los nervios,
en un primer día de clase,
la deseamos de grande.
Mientras el tiempo pasa,
gastamos oxigeno,
pensando y pensando,
a falta de putas musas.
Gastón Pigliapochi
Copyright © - Derechos Reservados. ®
Copyright © - Derechos Reservados. ®