Seguidores

lunes, 7 de julio de 2014

Arte IV

El sol le hacía cerrar los ojos, y dejaba de escribir, hasta que corría la cara de la luz. Retomaba las frases una y otra vez; les daba forma, las vestía, las maquillaba. El maquillaje en ella solo era un agregado, no cambiaba su belleza.
Su cuaderno estaba repleto de tachaduras y de palabras sobre-escritas. Interrumpía las letras para realizar dibujos en los márgenes (inventados), los pintaba con marcadores de colores.
Armaba un mundo mucho más lindo que el que había afuera, en donde el arte era el motor, que en realidad era todo lo que ella era, ella es puro arte, es el arte.

Gastón Pigliapochi